Latidos

Latidos
Gervasio Sánchez

jueves, 4 de octubre de 2012

octubre



Y llegó. Como llega el día de mañana, sin que nos demos cuenta de que ya es hoy. Hambre de ayer y de futuros perfectos para los desequilibrados.

Seguro que han cambiado cosas. Esa creencia de que vivimos en un mundo en constante proceso de transformación tiene que ser cierta. Pero... ¿dónde está la verdad? Tal vez eso es lo que ha cambiado; la certeza de sólo saber que no se sabe nada (qué palabra tan totalitaria).

El vacío depresivo sigue latente. Es bastante obvio. Y no me voy a medicar contra eso. Sería absurdo llenar los espacios de cualquier manera que no fuera contigo. No me da la puñetera gana. Y punto. Punto y final.



Dejo que se me apodere la obligación de sobrevivir que marca la ley. Y lo demás viene solo: la prima de riesgo, el rescate, la extrema derecha y la extremaunción para los que aún creen en la salvación eterna.

No sé si estás fuera de mí. Dentro, persistes. Y es lo único que me mantiene lejos del adviento. 

Ya llegará noviembre, el mes de los muertos. Y después de él,  todos los putos finales felices de los cuentos navideños de diciembre.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

#grebaorokorra

El vídeo adjunto da una idea (pequeña) de lo que ha pasado esta mañana en el Paseo Sarasate de Iruña. Hoy es 26 de septiembre, dia de huelga general en Euskal Herria. Os aseguro que la actuación policial ha sido brutal. Todavía no habían acabado los discursos del sindicato LAB cuando los antidisturbios han cargado "a saco". Había niños pequeños y gente mayor entre la multitud. La violencia ha sido absolutamente desproporcionada. De momento hay 15 detenidos. Para que os hagáis una idea, 9 son menores de edad (via Twitter). 
Son las 20.23 horas y si no son petardos, lo que aún oigo desde el Casco Viejo siguen siendo disparos de pelotas de goma. En la calle San Gregorio he visto como varios nacionales se ensañaban a porrazo limpio con un chaval en un portal. La calle estaba completamente desierta. Únicamente ellos y los vecinos que, desde los balcones, gritaban: "Sólo sabéis pegar a niños. Sois muy valientes, armados". 
El seguimiento de la convocatoria sindical ( ELA, LAB, STEE-EILAS, ESK, Hiru, EHNE, CGT i CNT) ha sido significativa. LAB ha denunciado sustituciones ilegales de trabajadores en huelga en la Volkswagen y ha reprochado a CCOO y UGT que mientras "defienden los derechos sociales y nacionales en Cataluña", en Navarra los "desprecian". Ah! y un último apunte. Creo que ha sido Igor Arroyo quien ha dedicado al PP unos versos de Lluís Llach que me han dado escalofríos: “Asesinos de razones y de vidas, que nunca tengáis reposo a lo largo de vuestros días y que en la muerte os persigan nuestras memorias”.
A los catalanes, si queréis más, os aconsejo leer la crónica de Juanjo Nora 
(Setmanari La Directa). A los vascos, ya sabéis cómo es "la cosa". Pues eso, más de lo mismo.

Mientras corría, he oído un comentario de una chica, en plena carga policial que decía: - Claro, ahora ya no los sacan tanto y nos cogen con ganas. La verdad es que daba esa sensación. La de estar corriendo ante una jauría de animales peligrosos y hambrientos.

El diputado de Amaiur, Sabino Cuadra, se ha encarado con los agentes, exigiéndoles su identificación. Digamos que su condición no le ha servido para que lo trataran con especial delicadeza, pero al menos no se lo han llevado por delante como hubieran hecho conmigo o contigo. En Youtube podréis encontrar varios vídeos de este hombre, de este pedazo de "genio y figura" que no sólo los tiene muy bien puestos, sino que también habla de tú a tú a sus señorías y les revienta verdades como puños en los morros. Ojalá hubiera más como él en el Congreso.

En medio del follón, me ha dado tiempo de admirar el gran trabajo que realizan los cámaras y fotógrafos, y he pensado en las agallas que tienen que echarle para conservar el pulso intacto en plena carrera. Un periodista de Berria (por cierto, hoy en huelga) ha sido herido por un botellazo en la cabeza.

Contenedores en llamas y lanzamiento de vidrios, sí, también. Había "muchachada" con varias iras acumuladas. Y es normal que sientan rabia y que la expresen, aunque se equivoquen en las formas. En el fondo, su ira me conmueve. No justifico sus acciones, pero los entiendo. A quien no entiendo es a la Policía. ¿Por qué lo hacen?

He pasado mucho miedo. Pero yo no me he enfrentado a nadie. Lejos de eso, a mí me ha dado por refugiarme en el pórtico de la iglesia de San Nicolás. Por cierto, ¿por qué las puertas de las iglesias están cerradas cuando no hay espectáculo? Estaba junto a una pareja que protegía a su bebé, sentado en un cochecito. Ese niño es quien me ha dado la fuerza para no echarme a llorar allí mismo. Más tarde, he llegado a casa y me he hinchado, para qué os voy a engañar.

Pero sé que puedo hacer más cosas con mi tristeza. Cosas buenas en honor de los que las hicieron antes que nosotros y nosotras; en honor de quienes las siguen haciendo; en honor de todos/as aquellos/as que ya no pueden hacer nada porque les han privado de su libertad o porque, simplemente, ya no están entre nosotros.

lunes, 10 de septiembre de 2012

septiembre

http://www.youtube.com/watch?v=sPMt-Bwk2bk

Una sabe cuándo ha llegado la hora del silencio, de recoger sus cosas, hacer una mochila ligera de recuerdos y seguir el camino que está fuera, alejado de todo lo que pudo haber sido.

Una lo sabe. Lo ha sabido desde el primer momento. Pero cuesta arrancar la cáscara del modo verbal condicional.

Es un instante leve que aprieta el cuarto chakra.




Cuando eso te sucede, hay que emprender el viaje sin mucha más demora. Porque si no lo haces, empieza a doler mucho el aire que respiras. Y después del dolor, el cuerpo se comprime y te vuelves pequeña como una triste pulga. Una pulguita herida, vagabunda y sin fuerzas.

Voy a dejar mi manto protector en tu vientre, para que mi olor te haga olvidar todo el daño.

Y cuando me haya ido, serás libre y completo. 

Libre para quererte.

viernes, 24 de agosto de 2012

"peor que el olvido..."


Estoy en el balcón de una casa sin vistas que no es mía.El barrio está de fiesta y el calor del  verano
me hace sentir que no me gustan nada sus excesos.
Me tiene en vela y completamente consternada.

No sé si es el sudor de mi agosto
o es la falta de sueños lo que ya no me deja dormir mis ocho horas.
Tal vez es que he crecido
sin apenas beber las madrugadas
y mi sol tiene sed de luna y Jota Be.

Fumo más de la cuenta y muero más de la cuenta.
Y todo me da igual porque no estás conmigo.
en esta oscuridad,
Punset habla de amor en mis auriculares
y Quique canta De haberlo sabido”.

No sé cuánto me durará esta “K”
que, como el Baldosín, blanquea mis fisuras;
esta letra “kaótika” y extraña,
como tu lengua madre
o como mi ropero.

Me estruja el pecho y me mantiene cautiva
este vestido viejo parcheado de dolor
que no quiero quitarme de encima ni de broma;
(aunque sé, sí, ya sé… que no me sienta nada bien).

¡Es tan torpe
esta voluntad mía
de querer mejorar con las flores,
persiguiéndolo todo!

No sé..
-te digo la verdad-.
No sé qué hago yo aquí sin desear olvidarte,
enganchada a un perder
constante, muy constante…

(Quizás sea lo único que sabré mantener para los restos,
fuera de fantasías y recuerdos.

Igual gano algún Guinness).

domingo, 19 de agosto de 2012

que els que maten es morin


Hi ha un pres d'ETA que es diu Iosu Uribetxeberria,  que té un càncer terminal i que es morirà en menys d’un any, segons han pronosticat les autoritats sanitàries. Sí, suposo que es tracta de les mateixes autoritats que adverteixen en els paquets de tabac  que “Fumar mata”, i també les mateixes que es veuen obligades a tancar serveis d’urgència que salven vides perquè els governs que els manen (el català, l’espanyol i l’alemany) s’estimen més suprimir serveis bàsics que retallar-se les urpes de la poca vergonya.

   L’etarra, que té diverses metàstasis, fa dotze dies que està en vaga de fam per reivindicar un dret que, fora de judicis morals, és legal: vol morir a casa. La llei diu que un pres ha de ser excarcerat si el seu risc de mort supera el 10% en el termini d’un any, o el 50% en el termini de 5 anys. Des de l’hospital que el tracten diuen que el risc d’Uribetxebarria és del 90% i que la meitat dels que estan com ell ja no ho poden explicar. 

   Malgrat la petició d’excarceració per raons humanitàries dels sectors nacionalistes, dels familiars de presos bascos, i d’una bona part de l’esquerra més esquerrana, els populars  manifesten que no admetran xantatges. 

   - Ni vagues de fam, ni osties. Si no vol menjar, millor. Menys boques tindrem per alimentar. Que es podreixin a la presó tots aquests malparits que han estat matant gent innocent durant dècades! Què va fer, aquest?
  
- Va segrestar l’Ortega Lara, que era funcionari de presons, i el va tenir 532 dies en un “zulo”...

   Els signants de l’acord de Gernika acusen el govern d’actuar per venjança, i l’Associació de Víctimes del Terrorisme, d’haver cedit al xantatge dels presos, concedint a Uribetxeberria el tercer grau penitenciari. 
        
   - Lògic. Què faries tu si t’haguessin matat un fill o  t’haguessin segrestat el pare? 
   - No ho sé. Jo no en tinc, de fills. Però el que està clar és que si això hagués passat, cap decisió política repararia la seva pèrdua, ni segurament em consolaria.
   - Llavors, què? Que els deixin campara a les seves, a tots aquests assassins?
   - No seria la primera vegada:

Enrique Rodríguez Galindo, exgeneral de la Guàrdia Civil, va ser condecorat amb 13 creus d'or i plata, i va rebre un ascens, de comandant a general, al temps que cometia delictes horribles. Va ser condemnat a 75 anys de presó per segrest i assassinat, i només va complir quatre anys i mig de presó abans de ser excarcerat per raons de salut.

José Barrionuevo, exministre del PSOE, va ser condemnat a 10 anys de presó i 12 d'inhabilitació pel segrest de Segundo Marey i per malversació de fons públics. Va rebre un indult parcial i va obtenir un tercer grau especial. Va passar només tres mesos a la presó.

Rafael Vera, exsecretari d'Estat per a la Seguretat amb el PSOE, va ser condemnat a 17 anys de presó i 12 d'inhabilitació per segrest, malversació de fons públics i corrupció. Va ser indultat parcialment per Aznar i va complir només dos anys i dos mesos de presó, la major part d'ells en règim obert, en què només havia d'anar a dormir.

José Amedo, sotscomissari de policia, va ser condemnat a 117 anys de presó per sis delictes d'assassinat, segrest, lesions i associació il·lícita. Va passar dotze anys a la presó, la meitat d'ells en règim obert.

Julen Elgorriaga, exgovernador civil de Guipúscoa amb el PSOE, condemnat a 71 anys de presó pel segrest i assassinat de Lasa i Zabala. La seva estada a la presó no va durar ni dos anys. Va quedar lliure per motius de salut.

Julián Sancristóbal, exgovernador civil de Biscaia, condemnat per segrest i malversació a 10 anys de presó i 12 d'inhabilitació. Va complir només 15 mesos.

I hi ha més: Ricardo García Damborenea, Michel Domínguez, Miguel Planchuelo, Ángel Vaquero... 

   -No, home, no... Això no va així...! Els del GAL només van ser una colla de sonats a qui se’ls va escapar la mà perseguint etarres... 

Uribetxeberria va ser condemnat el juny del 1998 a 32 anys de presó com a responsable del segrest més llarg de la història de la banda terrorista ETA. Pateix un càncer des del 2005. El 16 d’agost del 2012 Institucions Penitenciàries li va concedir el tercer grau. Resta pendent que l’Audiència Nacional decideixi sobre la possibilitat d’atorgar-li la llibertat condicional.

miércoles, 20 de junio de 2012

la buena gente


Cuando nos dicen aquello de… “rodéate de buena gente”  o “aléjate de las malas compañías”, generalmente con el afán de protegernos, nos están enseñando una lección aprendida por el espíritu colectivo de la cultura popular y transmitida a través de generaciones y más generaciones. De ahí también el refrán: "Al que buen árbol se arrima buena sombra le cobija" y muchos más.

Ya sé que es una visión judeocristiana y totalmente reduccionista, pero si matizo, sé que me extenderé demasiado y no es plan...

Cada cual tiene sus motivos para tomar decisiones a lo largo de su vida y a menudo sucede que alguna de esas elecciones, lo recolocan sin opción a la rectificación, en una vorágine incestuosa de despropósitos acumulativos que comportan consecuencias nefastas para los demás. “Tu libertad acaba donde empieza la del otro” es una gran táctica o recurso para, en caso de duda, saber si nuestras acciones pueden causar daño al de al lado y en tal caso, meditarlas bien antes de acometerlas.

Lo que quiero decir es que estoy convencida de que la mala gente no nació así.

La línea entre el bien y el mal es tan fina y tan dispar para unos o para otros, que aún no hemos llegado a un acuerdo planetario que nos proteja a todas y todos por igual. Seguramente, porque creemos erróneamente que lo que es bueno para unos, es malo para otros.

Yo no lo creo. Y menos, desde que recibí uno de esos correos masivos que explican historias breves, bien ilustradas, que te invitan a abrir bien los ojos y la boca: “UBUNTU” era el asunto del mail que me envió Cristina y que me gustaría compartir con tod@s vosotr@s, aunque seguro que much@s ya sabéis de su belleza.

Resulta que “un antropólogo propuso un juego a los niños de una tribu africana. Puso una canasta llena de frutas cerca de un árbol y les dijo a los críos que aquel que llegara primero a la cesta, ganaría todas las frutas.

Cuando dio la señal para que corrieran, todos los niños se tomaron de las manos y corrieron al unísono. Después se sentaron juntos a disfrutar del premio. Cuando él les preguntó por qué habían corrido así, si uno solo podía ganar todas las frutas, le respondieron: UBUNTU.  ¿Cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes?

UBUNTU, en la cultura Xhosa significa: Yo soy porque nosotros somos."

Todo esto viene al caso porque ayer reflexionaba sobre la gran necesidad que tengo, cada día más, de rodearme de buenas personas. No me interesa su nivel de ingresos, su ideología política, su currículum, su raza, su manera de vestir, su sexualidad, su religión, su género, su estado, sus papeles, su profesión o su lengua madre, pero sí me importa -y mucho- lo que hacen, y con qué intención, con todo aquello que piensan y sienten.  Y sobre todo, me interesa la tranquilidad, la alegría profunda y el agradecimiento sincero que me proporciona el solo hecho de haberlas conocido y de poder disfrutar de su compañía. Porque ese pequeño detalle me convierte a mí en mejor persona y me aproxima en grado sumo a lo que yo entiendo por felicidad. Y egoístamente diré que eso es la releche!!!

lunes, 18 de junio de 2012

mara


Suelo ver el telediario de la dos. A días, a retazos.

Lo veo porque Mara Torres me recuerda a ti, porque a través de tus ojos soy capaz de admirar su belleza.

Y sin embargo, siento celos de que su distancia te haya podido acercar a ella más que a mí.

Existen cantidades de cosas que me sumergen en tu silencio. Recodos intangibles que no podría describir, pero que forman parte de "ese algo más" que ya soy, porque tengo memoria sensorial y algunas décadas de experiencia.

No dejaré que entres.

Sólo me gusta retener de vez en cuando una parte de tu alma en mis puños. Juego con ella para asegurarme de que sigues lejos de mi alcance, porque esa es la única manera que tengo de quererte.

Tú no vales un minuto de mi nostalgia. Por eso no te añoro, ni te deseo. Pero tu alma es diferente. Ella sí se comunica conmigo desde algún punto que ni siquiera conozco. Me reclama caricias suaves que le anestesien contra la soledad.

He escrito cientos de palabras para extraer de mi pecho cualquier sentimiento que tuviera que ver con tu nombre. Y lo he conseguido. Me he vaciado de tu estupidez en mí. Con glamour, ¿qué te creías?

Et maintenant... 

Sólo quiero alejarla de mi vida para siempre, darle un entierro digno bajo las raíces de algún árbol grande que dé mucha sombra, para que ella, que es parte de tu esencia, nutra la oscuridad. Y bueno, para que otros seres, menos exigentes que una, encuentren en la humedad del humus el sosiego que yo jamás otorgaré a tu olvido.

No fuiste un ángel. 

Tampoco un demonio.

Fuiste nada.

Y aunque no me arrepiento de haberte dado lo que fuera que te diera, sí creo que te lo di de sobras. Como de sobras me instalé en tu mundo de mierda, porque algo había que hacer mientras tanto. 

Mientras tanto, otras vivían. Y sentían. Y padecían.

Y follaban.

Y veían el telediario de la dos.

¿Sabes lo más gracioso? El otro día, en la librería de una estación de tren, consulté el significado de mi nombre en un libro expuesto...

Y sonreí al leer que el mío y el de Mara son el mismo.

jueves, 10 de mayo de 2012

un abrazo con banda sonora de bolero incompleto y puntos suspensivos


No todo el mundo es capaz de sentir que las pérdidas son en realidad ganancias. Sin embargo, Albert Espinosa lo tiene claro. En su infancia, el cáncer se llevó de trofeo su pierna, un pulmón, parte de su hígado y la vida de amigos importantes, pero no pudo con su capacidad creadora para indagar en el mundo intangible de la belleza y conseguir integrar todo aquello que no pudo ser en lo que ha acabado siendo.

A estas alturas, supongo que no hace falta hablar mucho de su historia, ya que seguro que se cuentan por millones las personas que la conocen a través de sus obras en papel, salas y píxeles; retazos de una aventura que además, él mismo ha explicado en numerosas entrevistas, siempre con un tono cierto, tímido y alegre como su mirada. 

Entre los chicos de su “cuadri” que se quedaron por aquí para, entre otras muchas cosas, recordarnos que estar vivos es la leche, se repartieron un auténtico botín. De tal manera, que actualmente, Albert dispone de 3,7 vidas más, aparte de la suya, para demostrar al mundo, aunque ese nunca fue su objetivo, que el poder de la diferencia nos convierte en seres realmente especiales, o que la fórmula para ser felices es tan simple como conseguir marcar en rojo, al menos cinco días chulos al mes, en el calendario de nuestra cocina.

Cuando su pierna decidió partir, él le organizó un fiestón de despedida con todos los honores por prescripción médica. Entre los invitados, acudieron colegas y conocidos que habían tenido relación y relaciones con su extremidad; una parte de él a la que dijo adiós con una sonrisa y sobre todo, con agradecimiento por cuanto ella le había regalado hasta entonces. Como la ciencia no quiso hacerse cargo de ella, el autor de "El mundo amarillo", "Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo" y "Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven" optó por un entierro digno y desde entonces, presume de ser el único tipo que, de verdad de la buena, tiene puesto un pie en el cementerio y el otro -aunque esto lo digo yo- en la tierra de los auténticos genios.

Y es que por lo que se deduce, ya cuando salió disparado hacia el Sol como un cohete “from the" útero materno, este adolescente reincidente, a pesar de sus treinta y tantos, tenía entre ceja y ceja un camino lleno de pomos giratorios que le han invitado a dar pasos de gigantón. No es que sea cojo, es que es cojonudo. Y ya sé que hay muchos tíos cojonudos en el mundo. Pero es que este...

De él me flipan sus camisetas, su risa descarada, el color y los olores de su universo, su ritmo “made in él”, su amor por casi todo (especialmente por los títulos originales y por el sexo que es de verdad), su humor poético, sus juegos atrevidos con la lengua, su científica inocencia, su isla de Capri o sus 23 kilos de ternera mal pronunciada...

Sí. Es cierto. Yo, como la folklórica de pacotilla; hoy debo confesar... que estoy enamorada de sus letras zurdas y sus caras redondas

Me pasó que después de devorar su último libro de tirón en lo que duró el trayecto en tren desde Barcelona a Pamplona, y de llorar como una auténtica imbécil haciendo un ridículo espantoso delante de las dos chicas sentadas enfrente, lo que más me emocionó de Albert Espinosa fue su abrazo con banda sonora de bolero incompleto. Elkar, mi casa de papel favorita en el casco viejo de Iruñea, bailó con nosotros y con los pocos que aún quedaban en la cola para que Albert les firmara sus libros.

Fue como probarme un abrigo de plumas especialmente hecho a mi medida... Y con la excusa de que aún llovía cuando salí de la librería, me lo llevé puesto de regreso al hogar de lo eterno. 

Mi hermana fue testigo y partícipe de esa canción que aún me ronda. Por eso no os puedo asegurar que me perteneciera sólo a mí. Pero si certificaría bajo juramento que, ni el calentamiento global del planeta ni el mismísimo fuego de todos mis demonios, van a hacer que me desprenda de un calor tan hermoso, ni de una novela tan necesaria como su autor, pues posee el don de acariciar la vida con la misma suavidad que sus puntos suspensivos...

lunes, 23 de abril de 2012

la dictadura del opio pelotero

No es victimismo ni odio. Es hastío, aburrimiento e indignación ante la unanimidad planetaria que vincula la derecha con la izquierda, los diferentes números de mundo, las clases, las edades y hasta el género (bobo). 

Nada tiene que ver con el deporte. Nada. Ni con la pasión de vivir, ni con las buenas prácticas, ni con la pedagogía que pretende inculcar una serie de valores para hacer de nuestro mundo un lugar mejor.

El futbol es simplemente la dictadura anal del “reality” cutre a gran escala, la única droga legalizada y protegida por todos los gobiernos, la religión mayoritaria del capitalismo, la manera más perfecta de proyectar el machismo dominante, encubierto y a la vez exhibido sin complejos. 

Dicen que es un juego. A mí, particularmente, no me gusta. Ni me aporta nada más que la misma náusea que me provocan las corbatas de los grandes magnates. Y en cuanto a formas, es la menos inteligente que conozco para llenar páginas y páginas de tedioso manoseo periodístico (por llamarlo de alguna manera), elevado a la mínima potencia de la originalidad, con titulares ajados que no podrían ser siquiera leídos, si no fuera gracias al más puro analfabetismo moral que abduce a las masas convirtiéndolas en una indivisible unidad eréctil, paradójicamente caracterizada por una globalizada disfuncionalidad cerebral, emocional y lo peor de todo; muy contagiosa.

No es que me fascine soportar miradas de rechazo, disgusto o desconfianza. A mi edad, las consecuencias de la disidencia, las tengo mucho más abajo del cuello del útero. Pero lo que sí me molesta tremendamente, es que no me sea posible intervenir en esas conversaciones de ascensor que ocupan el 90 por ciento del tiempo que duran esos benditos trayectos verticales. Cuando el tema meteorológico se agota y el silencio se convierte en algo incómodo, el peloteo planetario se autoproclama recurso único para poder sobrevivir a un espacio tan asfixiante como los recortes decretados por los asesinos de guante blanco que nos gobiernan. Y ahí, en ese instante aterrador, sí me veo perdida. Porque me viene a la cabeza la dichosa escena de película clásica en la que dos personas, en mi imagen proyectada sin ninguna atracción sexual entre ambas, se quedan atrapadas en el aparatoso columpio para adultos.

No tengo la pretensión de parecer diferente, ni siquiera de utilizar la provocación para atraer la atención de tanto hooligan suelto y sin tratamiento que anda correteando, cual  psicópata  “happy flower” por las gradas o, lo que es más atroz; por las calles de cualquier ciudad, pueblo, barriada o grupo parlamentario. Me libraría muy mucho de jugarme así la vida por una causa tan patética. No. No se trata de eso.

Se trata de la indecencia de las sumas de dinero que genera la mafia de los once en la hierba, unas cantidades ingentes que van directamente a las arcas de las arcadas que dan las cuentas bancarias privadas de los que nada constructivo hacen con su dinero más allá de multiplicarlo como hacen los conejos por sus cojones (conejos y cojones son dos palabras que tienen las mismas letras -será publicidad encubierta de ese abecedario castizo y creyente que lo hace sin condón porque así lo quiere el santísimo padre de los simios-). Se trata, decía, de no hacer apología de la inopia, de la incultura, de un sistema que nos está matando desde el principio de los tiempos y que prolifera a través de la historia basándose en el predominio del más fuerte, -que en la mayoría de los casos coincide con el más imbécil-. Un circuito cerrado, atado y bien atado, que sostiene el fundamento de su existencia en la puta competitividad, en la superioridad de los vencedores, en la inferioridad de los vencidos y en la más amarga de las tópicas certezas; la de utilizar la evasión de los desgraciados como mecanismo de manipulación política. Un cimiento sustentado en la vergüenza que me daría amparar con mi silencio, si lo hiciera, la apología de la pobreza que podría resolverse tan sólo con un chute de dignidad o si se prefiere, con una mínima dosis de sentido común –otro bien en extinción-.

Se trata de nosotras y nosotros, al fin y al cabo, como todo lo que nos afecta. De que tengamos los mismos derechos y oportunidades, tanto si nos gusta como si no nos gusta el futbol. 

Se trata de que a quien no le interese, o incluso a quien le moleste el pito de ese dios retrógrado y pesado –que como todos los dioses del imperio es también chico y no chica-, tenga alguna posibilidad –y digo alguna- de llevar una vida normal sin tener que autoexcluirse del rebaño porque no quiere hablar u oír hablar de lo mismo; de sus pelotas o de sus grandísimas madres, que seguro que lo son.

El futbol genera violencia, aparte de otros muchos sentimientos nocivos para cualquier individuo sano o incluso para cualquier relación sentimental exenta de patologías conyugales. Que no lo digo yo, que lo dicen los expertos. Genera agresividad, frustración, obsesión, fanatismo (lo de la disfunción eréctil, si no lo he apuntado ya, lo he pensado en algún momento), confrontación, envidia y Alzheimer existencial, crítico y afectivo. Y me dejo una enciclopedia enterita. Aunque teniendo una televisión delante, para qué recordar esas cosas. Para qué tener certezas tan dolorosas como la de sabernos solos, pobres como ratas o cornudos como cabras desde que nuestra pareja dejó de interesarnos o de interesarse por lo que en realidad somos. Para qué preocuparse. Para qué pensar tanto…

Y así termino el partidazo de corazón que me acabo de marcar sin intención, ya lo habréis notado, de hacer amigos. Lo acabo. Y lo hago perdiendo, una vez más, la esperanza de poder cambiar algo para bien, pero con un “viva la crisis y viva el futbol” que me sale de las tripas, como ese pan nuestro de cada día que nos rellena de mierda el espíritu y que agranda nuestros hígados esclavizados cual pavos de granja.

Mis vítores están, con todos mis respetos y el beneplácito de la afición, dedicados al regocijo de los dictadores del opio pelotero que nos mantienen apoltronados en un sofá preferente de plazas fijas e hipotecadas hasta las trancas. Ojalá nos lo embarguen también, junto al ínfimo resquicio de voluntad que nos queda. Por lo menos nos obligarán a recordar cómo es eso de volver a caminar a dos patas.