Latidos

Latidos
Gervasio Sánchez

jueves, 4 de octubre de 2012

octubre



Y llegó. Como llega el día de mañana, sin que nos demos cuenta de que ya es hoy. Hambre de ayer y de futuros perfectos para los desequilibrados.

Seguro que han cambiado cosas. Esa creencia de que vivimos en un mundo en constante proceso de transformación tiene que ser cierta. Pero... ¿dónde está la verdad? Tal vez eso es lo que ha cambiado; la certeza de sólo saber que no se sabe nada (qué palabra tan totalitaria).

El vacío depresivo sigue latente. Es bastante obvio. Y no me voy a medicar contra eso. Sería absurdo llenar los espacios de cualquier manera que no fuera contigo. No me da la puñetera gana. Y punto. Punto y final.



Dejo que se me apodere la obligación de sobrevivir que marca la ley. Y lo demás viene solo: la prima de riesgo, el rescate, la extrema derecha y la extremaunción para los que aún creen en la salvación eterna.

No sé si estás fuera de mí. Dentro, persistes. Y es lo único que me mantiene lejos del adviento. 

Ya llegará noviembre, el mes de los muertos. Y después de él,  todos los putos finales felices de los cuentos navideños de diciembre.