Cuando
nos dicen aquello de… “rodéate de buena gente”
o “aléjate de las malas compañías”, generalmente con el afán de
protegernos, nos están enseñando una lección aprendida por el espíritu colectivo
de la cultura popular y transmitida a través de generaciones y más generaciones. De ahí también el refrán: "Al que buen árbol se arrima buena sombra le cobija" y muchos más.
Ya sé que es una visión judeocristiana y totalmente reduccionista, pero si matizo, sé que me extenderé demasiado y no es plan...
Cada
cual tiene sus motivos para tomar decisiones a lo largo de su vida y a menudo
sucede que alguna de esas elecciones, lo recolocan sin opción a la rectificación,
en una vorágine incestuosa de despropósitos acumulativos que comportan
consecuencias nefastas para los demás. “Tu libertad acaba donde empieza la del
otro” es una gran táctica o recurso para, en caso de duda, saber si nuestras acciones
pueden causar daño al de al lado y en tal caso, meditarlas bien antes de
acometerlas.
Lo que quiero decir es que estoy convencida de que la mala gente no nació así.
Lo que quiero decir es que estoy convencida de que la mala gente no nació así.
La
línea entre el bien y el mal es tan fina y tan dispar para unos o para otros,
que aún no hemos llegado a un acuerdo planetario que nos proteja a todas y todos por igual. Seguramente, porque creemos erróneamente que lo que es bueno
para unos, es malo para otros.
Yo no
lo creo. Y menos, desde que recibí uno de esos correos masivos que explican
historias breves, bien ilustradas, que te invitan a abrir bien los ojos y la
boca: “UBUNTU” era el asunto del mail que me envió Cristina y que me gustaría
compartir con tod@s vosotr@s, aunque seguro que much@s ya sabéis de su belleza.
Resulta
que “un antropólogo propuso un juego a los niños de una tribu africana. Puso
una canasta llena de frutas cerca de un árbol y les dijo a los críos que aquel
que llegara primero a la cesta, ganaría todas las frutas.
Cuando
dio la señal para que corrieran, todos los niños se tomaron de las manos y
corrieron al unísono. Después se sentaron juntos a disfrutar del premio. Cuando
él les preguntó por qué habían corrido así, si uno solo podía ganar todas las frutas,
le respondieron: UBUNTU. ¿Cómo uno de
nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes?
UBUNTU,
en la cultura Xhosa significa: Yo soy porque nosotros somos."
Todo
esto viene al caso porque ayer reflexionaba sobre la gran necesidad que tengo,
cada día más, de rodearme de buenas personas. No me interesa su nivel de
ingresos, su ideología política, su currículum, su raza, su manera de vestir,
su sexualidad, su religión, su género, su estado, sus papeles, su profesión o
su lengua madre, pero sí me importa -y mucho- lo que hacen, y con qué intención, con todo aquello que piensan
y sienten. Y sobre todo, me interesa la tranquilidad, la alegría profunda
y el agradecimiento sincero que me proporciona el solo hecho de haberlas
conocido y de poder disfrutar de su compañía. Porque ese pequeño detalle me convierte a mí en mejor persona y me aproxima en grado sumo a lo que yo entiendo por
felicidad. Y egoístamente diré que eso es la releche!!!
Ubuntu, Myriam y un besote otra vez. ¡Qué gustazo leer estas notas tuyas aunque sea muy de vez en cuando! (Soc el Marius, el del "grupo vuit"¿te acuerdas?) Allí nos conocimos sin más referencia de nosotros mismos que nosotros mismos... Un pato.
ResponderEliminarComo no sé cuando leeras esto te diré que hoy es 20 de junio de 2012 y son, a ver... las casi las siete de la tarde.
Guauuu, Marius... El gustazo es todo mío al encontrarte aquí. Eres el primero que consigue publicar un comentario y francamente, espero que no seas el último. "Sin más referencia de nosotros mismos que nosotros mismos" fue la clave (y sigue) del éxito. Gràcies i més petons!
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