Estoy
en el balcón de una casa sin vistas que no es mía.El
barrio está de fiesta y el calor del
verano
me hace
sentir que no me gustan nada sus excesos.
Me
tiene en vela y completamente consternada.
No sé
si es el sudor de mi agosto
o es la
falta de sueños lo que ya no me deja dormir mis ocho horas.
Tal vez
es que he crecido
sin
apenas beber las madrugadas
y mi
sol tiene sed de luna y Jota Be.
Fumo
más de la cuenta y muero más de la cuenta.
Y todo
me da igual porque no estás conmigo.
en esta
oscuridad,
Punset habla de amor en mis auriculares
y
Quique canta “De haberlo sabido”.
No sé
cuánto me durará esta “K”
que,
como el Baldosín, blanquea mis fisuras;
esta letra
“kaótika” y extraña,
como tu
lengua madre
o como
mi ropero.
Me
estruja el pecho y me mantiene cautiva
este vestido
viejo parcheado de dolor
que no
quiero quitarme de encima ni de broma;
(aunque sé, sí, ya sé… que no me sienta nada bien).
(aunque sé, sí, ya sé… que no me sienta nada bien).
de
querer mejorar con las flores,
persiguiéndolo
todo!
No sé..
-te digo
la verdad-.
No sé
qué hago yo aquí sin desear olvidarte,
enganchada
a un perder
constante, muy constante…
constante, muy constante…
(Quizás sea lo único que sabré mantener para los restos,
fuera
de fantasías y recuerdos.
Igual gano algún Guinness).
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