Este
es uno de esos veranos sucios por dentro, en los que el calor no
abraza y la azotea humea cualquier resquicio de “ya pasará”.
Ardo
en un fuego orgánico y helado junto con las ganas de argüir
cualquier estrategia para permitirme lo que haga falta. Me he tirado
a la hoguera. Y la fórmula química del sol que, en teoría, tiene
que iluminarme tras el éxtasis del paro cardíaco, viene con una
tara de fabricación. Malditas imitaciones. No hay oxígeno para quemar. Ni más leña en la Tierra.
Acepto
lo que es. Aunque la frase me suene a rancio y me escupa en las
tripas creencias que no me pienso creer en la vida. Me asusta admitir
tanta deriva, eso es verdad, y también no querer más barquitos que
hundir, ni más charcos donde naufragarme al desnudo.
Hierve
la saga de este chillido quieto. Es un “aquí me quedo”
definitivo. Porque “no puedo más”, que diría Aquel. Y porque no
vale la alegría. Aún quedan derechos (de izquierdas).
Y lo
hago. Aquí me quedo. Ahogando las ideas que se clavan en la alfombra
y que discuten con los ácaros la mejor manera de camuflarse -para
que esta sentada no parezca una derrota-. No hay lugar para mí en
mí. Ni siquiera en esta casa que parecía habitable. Así que tendré
que buscar una pensión sin estrellas a plena luz del
inexistencial-ismo. Tal vez una celda color de hospital, disponible
para los rebeldes sin causa como James. Como yo. Heridos (de mierda)
que jamás volverán a ser nada personal.
No sé
dónde he estado todo este tiempo. Quizás me he ido y ya no he
vuelto más. No me culpo. Dicen por ahí que las cosas pasan siempre
por alguna razón. Y a mí me sobran cabezas. De hecho, me redunda
cualquier palabra conocida. Por eso me urge inventar un diccionario
verde que empiece antes de la A (de ansia) y acabe más allá de la Z
(de teleobjetivo). Para parirlo necesitaré música y letras de
algodón. Mucho algodón. Porque, joder, esta manía de sangrar se ha
convertido en la única composición que aún no ha salido a la
calle. No me extraña... ¡con este calor!... Lo hará en breve. Y los
gatos maullarán en rojo y en Mi Sostenido.
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