Latidos

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Gervasio Sánchez

jueves, 8 de febrero de 2018

A los que no

A todos los hombres que nunca habéis entrado ni entraréis en mi cama os diré, no por venganza ni resentimiento, no por simple mala leche, ni por siquiera fardar delante del público... Os diré... que sí. Que efectivamente os habéis perdido grandes cosas. 

 

Por ejemplo, saber de qué manera mis mejillas se disparan al mostrarme desnuda ante otro ser humano; o cómo, cuando me despierto, mi cabeza se vuelve torpe y lenta hasta que por fin recibe la visita de esa cantidad justa de sangre y cafeína necesarias para poder dar siquiera un “buenos días” razonablemente amable. Y qué decir de esa entrañable celulitis que, fiel como ella sola, no ha soltado mis muslos ni un segundo, ni siquiera en aquellos lejanos tiempos en los que aún, ni tenía edad para votar y, terca, como la patria imaginaria que todas llevamos dentro, se ha echado a temblar de pura risa contenida, cuando en la penumbra de mis muchos espacios, ha sido confundida con hermosas texturas de piel tersa y ceñida a unas piernas de ensueño que jamás he tenido. Aunque, bien pensado, no me puedo quejar.


Os habéis perdido aprenderos mis gestos de placer, de sorpresa, de travesura premeditada, de deseo, de ternura, de obscenidad y de pura ingenuidad. Os habéis perdido también mis ganas de besaros, de entregaros mi vida y todo los sueños que se arriman, con sus plumas ligeras y transparentes, a la posibilidad de ser lo que dos personas quieran: Que se quieran fundir, comunicar, amar. Que se quieran sin prisas o estresadas. Que se quieran sentir en todas y cada una de las fases lunares. Que se quieran separar, volver a ver, olvidar...


Os habéis perdido mis caricias. Y mis miles de lenguas elevadas a la máxima presencia; las graciosas arrugas de las sábanas marcadas en mi cara; mis temores ocultos, mis orgasmos y los vuestros, mis locuras encarnadas en todas las diosas que me hablan desde el más allá y que también son parte de mis planes, aquí, en el más acá. Os habéis perdido mis canciones, mis bailes privados de salón, mis carcajadas y mis gritos, mis jadeos, mis suspiros, mis hipos, mi bruxismo (que es rabia contenida, como muchos sabéis); mis viciosos mordiscos, mis justos lametones, mis roces sin querer y mis cortinas de humo...

Os habéis perdido tantas y tantas cosas... que me da pena por vosotros y un poco también por mí.

Pero, para que veáis que mi ego no es del todo un mal tipo, os contaré un secreto paradójico: nada os habéis perdido que sea tan fuerte, ni tan jodidamente hermoso, como lo que nunca ocurrió y se quedó en el espacio sideral de los silencios profundos.

2 comentarios:

  1. Ayer lo leí justo antes de salir a Carnavales (...ya sabes apestando a Gin y eso...) y hoy (vale resacoso) como los buenos guisos me gustó aún más !

    Muxu asko . Canary Island


    https://www.youtube.com/watch?v=9Iou2gjCGnI

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  2. Qué precioso aliento el tuyo para seguir sonriendo de puro placer... Mil esker eta bai, muxu asko (ke no nos falten) ;-)

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