Te doy
las gracias. Y si quieres, también le doy las gracias a tu dios
piramidal con una espiral en el centro que, aunque no sea el mismo al
que dirijo mis contadas plegarias, seguro que igual sirve para
canalizar esta energía que te envío. Ojalá te llegue en forma de
calor, de agua, de tierra y de cielo. Porque de verdad que lo deseo.
Que te entre por los poros de tu risa, que te haga cosquillas cuando
te flaqueen las fuerzas, que te recuerde al oído cuánta magia te
cuida y te cura, cuántas cosas buenas tienen todavía que ocurrir,
que seguir ocurriendo, para que tú las vivas, las respires, las
sientas y las devuelvas, compartidas y multiplicadas en forma
de canciones.
De
momento, sólo eso. Ojalá tuviera más que darte.
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